¿Cómo funcionan las prácticas?
Al realizar una práctica no la ejecutamos aisladamente, la ejecutamos en un ambiente de otras prácticas, cuando conducimos un automóvil estamos también participando de otras prácticas, sino también participamos de práctica de conducir en base a un reglamento de tránsito específico y de cómo coordinarnos con otros automóviles.
También las prácticas están relacionadas a objetos o cosas, todas las actividades en las cuales vivimos están soportadas por objetos: cuando el cocinero cocina lo hace con múltiples objetos propios de la cocina.
Tomemos por ejemplo la práctica de ventas de una compañía; la actividad de vender está relacionada a la práctica de comprar, a la práctica de intercambiar dinero por productos o servicios, también a la práctica de tener compañías con funciones separadas como las de vender, producir, cobrar, etc. Cada una de estas prácticas son realizadas en la mayoría de las veces por personas diferentes y con cosas diferentes dependiendo de cada función. Esas mismas actividades las definen a cada personas en sus identidades como vendedor, comprador, cobrador, etc. Como veremos cada una de las prácticas está ocurriendo con objetos, dinero, cheques, facturas, registro de ventas y las que en la situación en particular sean utilizadas.
Queremos hacer énfasis en que los objetos aparecen en el contexto de nuestras actividades y no al revés. Al movernos por el mundo, no nos encontramos con las cosas y luego intentamos darles significado; no nos encontramos con un objeto de cuatro patas que tiene una superficie plana encima y luego lo llamamos escritorio, directamente nos encontramos con escritorios, sillas y archiveros. Nuestra primera preocupación es la actividad y, cuando la realizamos, vamos encontrando en nuestro camino cosas significativas.
Cuando decimos que las cosas son significativas, entendemos que ellas se ajustan a nuestras prácticas de uso (lo que hacemos). Si no dispusiéramos de tales prácticas (trabajar en oficinas, comer en mesas, etc.) mesas, sillas y escritorios serían elementos no relevantes que ni siquiera miraríamos, sólo serían “artefactos” carentes de importancia.
También las prácticas están relacionadas a objetos o cosas, todas las actividades en las cuales vivimos están soportadas por objetos: cuando el cocinero cocina lo hace con múltiples objetos propios de la cocina.
Tomemos por ejemplo la práctica de ventas de una compañía; la actividad de vender está relacionada a la práctica de comprar, a la práctica de intercambiar dinero por productos o servicios, también a la práctica de tener compañías con funciones separadas como las de vender, producir, cobrar, etc. Cada una de estas prácticas son realizadas en la mayoría de las veces por personas diferentes y con cosas diferentes dependiendo de cada función. Esas mismas actividades las definen a cada personas en sus identidades como vendedor, comprador, cobrador, etc. Como veremos cada una de las prácticas está ocurriendo con objetos, dinero, cheques, facturas, registro de ventas y las que en la situación en particular sean utilizadas.
Queremos hacer énfasis en que los objetos aparecen en el contexto de nuestras actividades y no al revés. Al movernos por el mundo, no nos encontramos con las cosas y luego intentamos darles significado; no nos encontramos con un objeto de cuatro patas que tiene una superficie plana encima y luego lo llamamos escritorio, directamente nos encontramos con escritorios, sillas y archiveros. Nuestra primera preocupación es la actividad y, cuando la realizamos, vamos encontrando en nuestro camino cosas significativas.
Cuando decimos que las cosas son significativas, entendemos que ellas se ajustan a nuestras prácticas de uso (lo que hacemos). Si no dispusiéramos de tales prácticas (trabajar en oficinas, comer en mesas, etc.) mesas, sillas y escritorios serían elementos no relevantes que ni siquiera miraríamos, sólo serían “artefactos” carentes de importancia.
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